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martes, 18 de octubre de 2011

Atrás de ti

Divisome en el reflejo del monitor, con tus manos escondidas de las mías, con tu cuello alzándose sobre mi ojos; al centro. Miro tus ojos, los imagino, caminando de entre letras y espacios. Con los colores que sólo pueden ser del amor y ese otro algo más que nos corresponde a ambos. Gracias, puedo decirte. Por estar ahora mismo conmigo, por besarme sin sentirme cerca, por dormir conmigo sin mí, por tener la razón adecuada para nunca irnos el uno del otro.
Te amo y es lo que tengo que decirte, te amo y eso será hasta que tú lo decidas. Yo, en cambio, he decidido alzarte en un pedestal para que ni yo pueda tocarte. Alzarte por encima de la plebe, hacerte inmortal, besarte con cuidado y pintarte sin miramientos. Escribirte.
Sobre todo lo último, hacer cartas sobre cada uno de los vellos que se me erizan al abrazarte o sentir cerca tus labios en mi cuello. No sabes nada.

No sabes lo que es ver tus ojos, cuando la luz entra en ellos y es más tenue que la misma luz que emanas. Cuando haces contraste de tus olvidas con esa delineador negro, cuando tus mejillas se sonrojan y presumes sonrisas. Amo tus sonrisas. Amo escribir sin leer lo anterior, sin saber si está bien o mal... o maso menos. Amo que lo leas, amo cuando me dices gracias y brincas de la silla ...

Todo para decirme gracias y un te amo, al que está atrás de ti.

Ámbar

Para usted que lee esto, bienvenida sea a mi sótano elitista. Bienaventurada usted que se adueña de dos olas que dicen sístole y díastole; admirada por mi palpitar lo único que puedo hacer es abrazarla con ésta, mi sangre tibia.
Amor de dos, de uno. Amor nuestro, amor enclaustrado en suspiros por la tarde con sus rayos oblicuos sobre tu piel de flor. Amor de las cinco y la una de la tarde, cariño por ese beso con que nos saludamos y también el mismo que se multiplica por todas las palabras a la despedida.
Para usted que lee esto, después de darle la bienvenida a mi vida le daremos la despedida a lo caótico de mis noches, cuando no duermo y también a los sueños; porque no hay peor espera que la de los desvelos con los ojos cerrados.
Ojos y miradas de usted, de usted los ojos de ámbar clavados en los míos miel. Ciegueme, no me deje ver que esto es amor. Que el amor es tan infantil... Sienta mis manos frías en su cuello tibio, apriéteme con sus muslos y juntemos en un abrazo los corazones. Ame con sutileza mi respirar agitado sobre su oído, juegue con mi cabello ávido de sus muñecas y con un beso en mi frente exhale el tiempo de mi cuerpo sobre el suyo. Para usted que lee, entiéndase como el amor de mi vida. Para usted, le escribo pedacitos de mí envueltos en sinalefas informales, en nerudalibrismo sin motivo ajeno... todo es un gusto dedicado a sus labios y persona.

No quiero parecer pretencioso cuando pido sus escritos en la noche, cuando le susurro "Abréceme" o cuando pido más tiempo para contemplar la silueta que ya me grabé junto a mi almohada. Es sólo que usted y yo tenemos un secreto a voces, un pacto sublime que no hace caso de tiempo ni eternidades cortas. Tenemos una vida juntos, la fusión del yo divino que tanto me alzo con el suyo que se ha venido colmando de virtudes. Usted es mi complemento, la dualidad del tiempo en que vivimos, del vaivén de rostros muy ajenos y también propios, de rutinas que agobian y también placeres fugaces que nos ciegan. Es mi complemento, mi alma no gemela, mi corazón paralelo, mi sangre en otro cuerpo. Con usted la sintonía de mis latidos se sincroniza, mi voz es un eco que regresa con las palabras que caminan en tus labios rojos.

Usted que está leyendo, haga de su saber que estoy enamorado. Enamorado de usted y sus caprichos que calla, de sus enojos sin razón y de los celos que me encarga a primera de cambio. Encariñado por tus desvelos compartidos, por tu vida que aún no me compartes.
Pero sobre todo enamorado por la vida que ya nos escribiste.


Te amo, tú.

domingo, 2 de octubre de 2011

Para la que sueña y sucede.

Son sonrisas las que sueñas y acontecen,ver por ejemplo
esos labios que pensabas ajenos en tu corazón que ahora es nuestro.
Mi sonrisa en tu alma
y mejor,
tus sueños en mi cama.

Ay amor, amor mediterráneo
de ojos oliva
y voz acuamarina.
Pelo de Afrodita
y carisma de Helena...

¿Qué has hecho?
Que sólo en amor
-y luces-
te encuentro.

¿Qué decimos?
que sólo amor
estoy contigo.

¿Por qué amor?
De pasión hay un paso
para el color.

Mis pinturas ya huelen a ti
y las canciones que me prohibía
son ahora himnos a la alegría.

Las letras son imágenes del suspiro
para la que sueña y sucede,
pero siempre sin dejarme.

Ay amor, ¿qué dices?
¿Qué me amas?
Yo te amo y es eterno.



Este es tu sueño
y ahora...
es nuestro.