En este cuarto solo me ahogo
y me pregunto si hay salida
que no sea el lento suicidio.
Pongo el piano para provocar mis
entrañas
quemar viejos recuerdos
secar mis siempre
ojos cristalizados.
Porque me escondo bajo
las cobijas
y pido a gritos ella
se de cuenta que caigo
en un cataclismo sin prorrogas
o tiempos de sinceras sonrisas.
La noche es mi diario,
las teclas suenan cuan estrella
a lo lejos tintinea
no me entiendo
no me encuentro
no me miro
y miro en el espejo.
No sé quien soy.
Grito a pulmón abierto mi
nombre
y parece nadie lo escucha.
Ojalá ella se diera cuenta.
Me escuchara
me arropará en sus dulces
carismas
y calmara mi siempre
corazón ávido de abismos
sin sentido
malaventurados.
Ojalá ella supiera
que me ahogo en un cuarto
solo
donde ella falta
donde mis días de pronto
se echan encima
se miran sin dicha
se escriben sin titulo
y se encuentran sin ella.
Ojalá ella supiera
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