Porque la distancia es la aduana
de mi corazón coraza hasta ese
sincero latir de tu carisma
y la hamaca resulta ser el
refugio en donde me enclaustro
a contar todas las estrellas
en tus ojos
o inciertas lunas que dejé
en tu piel a manera de
caricias un jueves.
O ese páramo en el cielo
donde convergen bulevares
con centenas de ilusiones.
Me gusta caminar por ese
páramo y detenerme
a besar tu frente
o escribirte en mis más
dulces soliloquios
me gusta buscar tus caricias
en mi gesto
y que de repente sea mi
gesto el que busque tus caricias.
Acostarme en la hamaca
y mirar el cielo,
sólo podría compararlo
con acostarme a tu lado
y mirar tu corazón sonreír.
Pintarte mil lienzos
y sólo darte el mejor
o ver el crepúsculo
pintado de anaranjados
al flor de piel
de tu cuerpo.
La hamaca y el cielo,
mi refugio y tu sentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario