A vuelta de la esquina
a riendas de marzo
a espaldas de Bellas Artes
a hojas de poesía
a suspiros de medio día
a coincidencias de desamor
por ausencias
por miedos
por cánticos desesperanzados
por Viore
por Roma.
De mí, de aquellos que
buscan
cálidos regazos de cariño
y ese cariño de pronto
tiene nombre
y sustantivo.
Hálito e inspiración,
ilusión y eufenismo
de amor
de vida
de cielo, de la luna misma.
Roma es amor
al revés, de frente
cuando te abraza, cuando
pega sus labios a tu mejilla
y de pronto sólo ésta última
los busca.
Roma, una buena razón para
querer empezar y escribir.
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